Dr. Jorge A. Lera Mejía.
El escenario económico de México enfrenta un punto de inflexión en 2025, con indicadores clave que anticipan una recesión técnica y desafíos estructurales para 2026.
La contracción del 19.2% interanual en la producción de construcción durante enero, combinada con una caída mensual del 4.2% respecto a diciembre, marca el peor inicio de año para el sector desde 2020. Por un lado, está cayendo la inversión fija bruta y de bienes de capital y la industria de la construcción está en retroceso.
Estos datos se complementan con la pérdida del 7.5% de empleos en el sector construcción durante el mismo periodo, evidenciando un círculo vicioso entre actividad económica y mercado laboral.
Factores detonantes de la crisis
1. Agotamiento del ciclo de megaproyectos gubernamentales
La inversión física federal registró una caída del 22% en enero, reflejando la conclusión de obras emblemáticas del sexenio anterior sin proyectos equivalentes de sustitución. La construcción no residencial (plantas industriales, infraestructura logística) se desplomó 17.1% en diciembre, indicando paralización de inversiones estratégicas.
2. Incertidumbre comercial bilateral
La amenaza de aranceles estadounidenses bajo una posible administración Trump ha congelado decisiones de inversión. Sectores como automotriz y manufacturera, responsables del 37% de la inversión fija bruta, mantienen proyectos en pausa hasta clarificar reglas comerciales.
Este miércoles 26 Trump anunció que impondrá aranceles del 25% a todos los vehículos automotrices importados de cualquier parte del mundo, incluyendo México. Adicional a los aranceles del 25% de importaciones de acero y aluminio. Aun se amenazan de imponer aranceles recíprocos a partir del 2 de abril.
3. Ciclo político sexenal
El tradicional repliegue inversor durante transiciones gubernamentales se agrava por cambios regulatorios en sectores estratégicos.
La inversión privada muestra retrasos del 40% en aprobaciones de permisos comparado con ciclos anteriores. Este recorte se suma a la caída constante de inversión pública en sectores estratégicos y de infraestructura.
Perspectivas 2025-2026
Escenario base (aranceles moderados)
Variable Proyección 2025
Expectativa 2026
Crecimiento PIB -0.8% a -1.2% 0.5% a 1.0%
Inversión Fija -6.5% Recuperación 3%
Empleo construcción -9%
Estabilización
Este escenario supone aranceles estadounidenses limitados al 5-10% en sectores específicos. La recuperación comenzaría en Q4 2025 con:
Reactivación del programa de vivienda social (potencial 150,000 unidades anuales)
Reinicio de proyectos energéticos pospuestos
Recuperación gradual de cadenas automotrices
Escenario adverso (guerra comercial)
Variable Impacto 2025 Efecto 2026
Exportaciones -12%
Inversión Extranjera -35% -15%
PIB -2.5% -1.0%
Activaría mecanismos de emergencia:
Devaluación controlada del 4-6% trimestral
Paquete fiscal de 1.2% del PIB para infraestructura
Acuerdos sectoriales con EUA para exenciones arancelarias
Sectores críticos para la recuperación
Industria automotriz
El T-MEC 2.0 podría redefinir reglas de origen, exigiendo 75% de contenido regional para evitar aranceles. Requeriría inversiones de $4,500 millones en proveeduría local.
Energías renovables
Proyectos estancados por cambios regulatorios representan 18 GW de capacidad que podrían movilizarse con claridad legal. El potencial incluye:
47 parques eólicos en Oaxaca
22 plantas solares en Sonora
8 complejos de hidrógeno verde
Vivienda
La reforma al Infonavit podría liberar 270,000 créditos anuales, focalizados en:
Desarrollo urbano orientado al transporte.
Vivienda sustentable.
Remodelación de unidades existentes.
RECOMENDACIONES ESTRATÉGICAS
Diversificación geográfica: Fortalecer corredores industriales en Bajío y Sureste ante riesgos fronterizos
Tecnificación acelerada: Adopción de BIM y prefabricación para compensar mano de obra
Alianzas público-privadas: Esquemas de recuperación de inversión vía impuestos (modelo UK)
Reconversión laboral: Programas de capacitación en instalación de paneles solares y sistemas hidráulicos
El segundo semestre de 2025 marcará el punto de inflexión, con decisiones críticas sobre política comercial y presupuesto 2026. La capacidad de reactivación dependerá de acuerdos sectoriales que mitiguen impactos arancelarios y velocidad en ejecución de obra pública. Para 2026, se prevé una recuperación asimétrica donde solo el 60% de las empresas constructoras actuales lograrán adaptarse a las nuevas condiciones de mercado.