Por José Ángel Solorio Martínez
Los Makyiavélicos, tienen el agua hasta el cuello y pretenden seguir parasitando el erario. Ahora quieren que el Congreso del estado, les autorice una ampliación del presupuesto municipal en tres mil millones de pesos.
Una bicoca.
Maky y Makyito siempre juntos, argumentan en su solicitud que esa cifra es apenas una pequeña parte de lo que se requiere para atemperar los daños de las inundaciones en las más de medio centenar de colonias afectadas.
Es pertinente aclarar: es ampliación de los ingresos del ayuntamiento; no es un préstamo, no es un crédito.
De ninguna manera: es sólo estirar la mano para que el Poder legislativo les entregue tres mil millones de pesos.
En suma: desean dinero gratis, a fondo perdido.
Así de sencillo.
Así de fácil para la familia feliz.
Pretenden lucrar con la desgracia ajena.
En la explicación de motivos a la petición del Congreso, que no cuenta con el apoyo del cuerpo edilicio, Makyito dice que el recurso es para obra pública deteriorada por el efecto de las torrenciales lluvias en la ciudad.
O sea: pavimentar calles, reparación de líneas de agua y drenaje y demás.
Makyito anda desesperado.
No haya qué hacer, ante la embestida ciudadana que está pidiendo su renuncia. Más de 15 mil firmas, demandan ante Poder legislativo su remoción. Asesorado, seguramente por su mami, pide el auxilio a los diputados.
El Makyiavelito, anda en babia.
Primero acusa a los diputados reynosenses de organizar la marcha ciudadana de inconformidad, contra su gobierno…
…y luego les solicita que le autoricen tres mil millones de pesos.
¡Cuánta insensatez en tan poco cerebro!
¿Y los títulos de Harvard?
Con los antecedentes de otras coyunturas, se infiere que los Makyiavélicos pretenden esa desorbitante cifra de millones, para rapiñar y financiar las precampaña y campaña de su madrecita por la gubernatura.
Hasta para contarlos, tres mil millones son muchos.
El balón está en la cancha del Congreso.
Algunos parlamentarios, ya mostraron con su enfado la orientación de su voto. Es complicado, muy complicado que se dé el visto bueno para ese ensanchamiento financiero.
El gobierno desde Mission, Texas, ya hizo crisis; las ocurrencias de Makyito igual; también el olvido y el desdén de la ciudad por parte de los Makyiavélicos.
Falta una salida ciudadana al entrampamiento.
La población no aguanta otro engaño más