Por José Ángel Solorio Martínez
Cada día se torna más agria, la relación de los Makyiavélicos con el Congreso del Estado. O más bien: con el bloque de diputados reynosenses que se cansaron de las formas de gobernar y de expoliar al pueblo por una de las familias de poder más perniciosas que se recuerden en la ciudad.
La enérgica respuesta de los parlamentarios detonó por la respuesta insolente de Makyito al acusar al parlamento tamaulipeco de tolerar y de ser el responsable de la inseguridad en los tianguis de Reynosa.
De hecho, los hizo cómplices de los altos cobros para ejercer el comercio.
Humberto Prieto, Magaly Deándar, Byron Cavazos y Eva Reyes, dieron a conocer el incumplimiento de la invitación al diálogo que hicieron, para que se reunieran los comerciantes ambulantes y el alcalde Makyito Peña Ortiz y llegaran a un acuerdo para finalizar las inconformidades; el jefe edilicio propone el cobro de 500 pesos diarios cuando anteriormente cubrían 150.
Ese incremento de más del 200 por ciento, se les hacía oneroso a los tianguistas; por lo que brotaron las protestas públicas.
Eso es lo que hay en la superficie.
El fondo, es el hartazgo de los principales actores políticos reynosenses contra el bando capitaneado por Maky Ortiz. Sus políticas excluyentes, antipopulares, desde Mission, Texas en donde residen los sujetos repudiados, hartaron a los ciudadanos.
Los diputados, se cansaron de recibir las mismas acusaciones de la ciudadanía que los señalaban de ser insensibles a los desvaríos de la familia Peña Ortiz.
Al parecer, decidieron tomar distancia del alcalde.
¿Por qué Makyito no decreta una política de austeridad en el ayuntamiento para tener mayores ingresos al tesoro municipal?
¿Por qué priva la funesta idea de sacrificar a los que menos tienen y beneficiar a los que más tienen?
¿Qué impide gravar a los que más tienen?
¿Por qué paga onerosos salarios a su cuerpo de asesores –se desconoce qué hacen– donde están, Héctor Garza González y Oscar Luebbert Gutiérrez?
¿Por qué paga salario de hambre a los trabajadores de la presidencia y a la alta burocracia la premia con generosos pagos y obscenas compensaciones?
Es un gobierno rico con pueblo pobre.
Justo lo que no quería AMLO.
Claramente, se ve la pérdida de consensos de doña Maky y familia.
El control político de la ciudad, que mostraron por más de una década está mostrando sus primeras fisuras.
Tener en contra todos los diputados de la ciudad, es un fenómeno que no se ve en ningún lugar de Tamaulipas. Ni los alcaldes de Altamira, Madero y Matamoros, tienen esos problemas internos.
Ojalá que haya cambios; Reynosa está despertando.