Por Julio Manuel Loya Guzmán.
Reynosa, Tamaulipas.- En los últimos días, el número de migrantes indocumentados deportados desde Estados Unidos hacia México ha registrado un notable incremento, reflejo del endurecimiento de las políticas migratorias en el vecino país del norte.
La escena se repite con frecuencia en el puente internacional Reynosa-Hidalgo. Este martes, cerca del mediodía, un autobús proveniente de Estados Unidos se detuvo en la zona aduanal del lado estadounidense. De la unidad descendieron alrededor de 50 migrantes, en su mayoría originarios de países centroamericanos.
Los migrantes deportados descendieron del autobús con las manos atadas por la espalda y bajo estricta vigilancia de agentes del Departamento de Seguridad Nacional, los deportados avanzaron en silencio hacia el lado mexicano.
El grupo fue dividido en tres segmentos. En los dos primeros, mujeres y niños caminaban con pasos inciertos hacia territorio mexicano, mientras que el tercer grupo estaba compuesto exclusivamente por hombres jóvenes.
Al cruzar la frontera, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) esperaban para realizar los protocolos de recepción, y las imágenes, que parecieran dignas de una operación de traslado de reos peligrosos, han generado indignación.
Entre los indignados se encuentran defensores de derechos humanos y organizaciones civiles, como el albergue Senda de Vida, donde el pastor Héctor Silvia, asegura que estas prácticas no solo criminalizan la migración, sino que también vulneran la dignidad de las personas que buscan un futuro mejor.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, las políticas migratorias han sido significativamente más severas. Aunque aún no se implementan las deportaciones masivas anunciadas por su gobierno, los operativos recientes ya muestran un aumento notable en la cantidad de personas devueltas a México en condiciones que muchos califican de inhumanas.
A la par, organizaciones locales han reportado que muchas de las personas deportadas carecen de recursos para subsistir y no tienen adónde ir al llegar a Reynosa, lo que agrava su vulnerabilidad en una región donde la inseguridad es una constante.
Las imágenes y testimonios de estas deportaciones han circulado ampliamente en redes sociales, generando un debate sobre la necesidad de una mayor coordinación entre México y Estados Unidos para atender esta crisis humanitaria.
(Fotos redes sociales)